Alauda Sánchez de Azua se pasa a la tv y estrena en Movistar +, “Querer”
Tras 30 años de matrimonio y dos hijos en común, Miren abandona el domicilio conyugal y denuncia a su marido por violación continuada. Esta grave acusación obliga a los hijos a elegir entre creer a su madre o apoyar a un padre que defiende su inocencia. Un viaje familiar que avanza en paralelo al judicial con un mismo objetivo: conocer la verdad.
No es usual encontrarse argumentos de este tipo, se habla bastante de violencia de género pero no en el matrimonio, de hecho es algo impensable.
“Querer” no es una serie feliz, superficial, no es una obra de Netflix, Alauda sabe que quiere denunciar, por eso el tono tan serio y el ritmo denso.
Esta familia aparentemente normal, unida se desestabiliza ante este testimonio y ante la posibilidad de que los hijos ni siquiera conozcan realmente quien es el padre.
Si en “5 lobitos” la guionista hablaba del miedo a ser madre, a fracasar en la tarea, aquí es como ser mujer ante todo, más allá de ser esposa o progenitora.
Tiene diálogos poderosos que reflejan la percepción real de la sociedad ante la violencia, el consentimiento y los roles de cada cual en la pareja. La puesta en escena es realista, natural y al mismo tiempo austero para no caer en banalidad, en sentimentalismo y eso es acertado.
“Querer” no fuera del todo redonda sin esa imagen de Nagore Aranburu se ha marcado una de las interpretaciones más complejas en la tv en lo que va de año. Pedro Casablanc es el marido acusado, al mismo tiempo ambiguo en cada episodio. Raro encontrarse a Miguel Bernardeau fuera de “Élite” o el “Zorro”, más entregado.
Alauda Sánchez de Azua se reafirma como una voz poderosa, necesaria y “Querer” es un producto tan lúdico como obligatorio