Después de un éxito redondo como lo fue la serie mexicana La casa de las Flores , se esperaba mucho de Manolo Caro, al menos yo suponía un próximo trabajo diferente pero igual de espectacular.
Encontrarme con Alguien tiene que morir ha sido decepcionante
España, años 50. La historia comienza con un joven al que sus padres le piden que vuelva de México para que puedan conocer a su prometida. Él regresa acompañado de Lázaro, un misterioso bailarín de ballet.
No sé si en el resultado final influye que sea una miniserie y que quizás en 3 capítulos no pudieron desarrollar toda la historia, pero lo cierto es que me pareció nefasta
A diferencia de La casa de las Flores, donde todos los personajes tenían un componente psicológico bien diseñado, en Alguien tiene que morir estos carecen de fuerza
Nada tiene que ver que lo anterior fuera comedia y ahora Caro se enfrente a un terreno dramático, donde la trama central no se distingue y las subtramas penden de un hilo
Una serie que toca muy sutilmente o al menos no de manera relevante temas controvertidos en la sociedad mexicana, como el machismo, la homosexualidad y la doble moral
Si hay que salvar algo serían la ambientación y la propia visualidad, además de tres de sus actores más experimentados en estado de gracia
Cecilia Suárez, Ernesto Alterio y Carmen Maura, impresionantes, no queda nada de Paulina de la Mora, hasta el acento ha sido cambiado
Alterio por su parte en otra de esas interpretaciones memorables
A Carmen Maura le faltó más protagonismo, carecía de diálogos
Por la parte juvenil, unos desenfocados Ester Expósito y Alejandro Speitzer
Alguien tiene que morir pudo ser una buena serie, Manolo Caro tiene talento , sin embargo esta no fue la mejor elección para regresar a la pequeña pantalla