Carlos Montero y Netflix se han convertido en la sensación con la absurda Elite , una serie adolescente que supera cualquier pensamiento racional
Las Encinas es el colegio más exclusivo del país y al que la élite envía a sus hijos a estudiar. Un mundo privilegiado con fiestas de alta sociedad, niños ricos, sexo y drogas. En él acaban de ser admitidos tres chicos de clase obrera después de que un terremoto destruyera el colegio público y sus alumnos tuvieran que ser repartidos por otros institutos de la zona. El choque entre los que lo tienen todo y los que no tienen nada que perder crea una tormenta perfecta que acaba en un asesinato. ¿Quién ha cometido el crimen?
El eje central de la serie no puede ser más trillado y de culebrón a lo clase 406 o RBD como si todo el mundo fuera idiota
El enfoque de los conflictos es tan infantil que no queda más que reirse , opuesto a lo que consiguió Josep Cister con la excelente La otra mirada
En Elite no hay situaciones dramáticas objetivas y la forma en que los guionistas abordan el sexo, las drogas o la bisexualidad no son relevantes
Copiando a Big Little Lies y Sharp Objects intentan relatar mediante flashback un juego de gato y ratón que no entiendo como han renovado para una segunda temporada
Todos los actores, sin excepción María Pedraza, Miguel Bernardeau, Itzan Escamilla, Álvaro Rico, Jaime Lorente, están horribles
Mientras algunos comparaban el uniforme con el de Glee , yo me pregunto si en algún momento se acabará la furia de creer que series como Elite o plataformas como Netflix firman proyectos de calidad