Aitor Gabilondo dirige la serie española con tintes de thriller Vivir sin permiso
Nemesio ‘Nemo’ Bandeira es un hombre que se enriqueció en el pasado con actividades ilegales pero que ha conseguido blanquear su trayectoria hasta erigirse en uno de los empresarios más influyentes de Galicia, a través de una importante compañía conservera. Cuando a Nemo le diagnostican alzheimer, tratará de ocultar su enfermedad para no mostrarse vulnerable mientras pone en marcha el proceso para elegir a su sucesor, lo que provoca una hecatombe en la familia. Sus dos hijos legítimos que nunca han tenido interés alguno por los negocios, de pronto intentan demostrar que cada cual es el candidato más adecuado. Su ahijado, el brillante e implacable abogado Mario Mendoza, es objetivamente el más preparado, aunque carece de algo vital: llevar la misma sangre que su padrino. Al saber que Nemo no le contempla como heredero del imperio, pondrá en marcha su propio plan sin abandonar su encantadora sonrisa, lo que le convertirá en el más peligroso y despiadado de sus enemigos.
El libreto no es nada nuevo , un drama familiar, con personajes buenos , malos y algunos que ni siquiera se definen por tanto maniqueo
Similar a Traición pero en esta ocasión todo es un deja vu
No existe la dinámica ni en el ritmo ni en la narración, todos los capítulos son iguales y los guionistas ni se molestan en tratar de enganchar a los televidentes
Si el guión fuera más inteligente se convertiría en un trhiller notable y no en una novela
José Coronado, Leonor Watling, Àlex Monner y Ricardo Gómez dejan sus personajes sin vida
Vivir Sin Permiso no es lo mejor que he visto este año por parte de España, confío en que no la renueven